Covid persistente y secuelas por la covid

Las secuelas de la covid-19 son aquellas consecuencias irreversibles de la enfermedad (o de su tratamiento) después de haberse curado de la infección por el virus, mientras que la covid persistente es cuando los síntomas permanecen más allá del tiempo habitual de unas semanas y acaba curándose. La doctora Elena Muñoz, presidenta de la Societat Balear de Medicina Familiar i Comunitària, lo ha abordado en el programa Els dematins d’IB3. 

Las secuelas son consecuencias o alteraciones permanentes de la enfermedad, y en cambio, la covid persistente, o más larga de lo normal, suele curarse en unos meses.

La covid persistente (Long COVID, según BMJ) es la permanencia de sus síntomas una vez pasada la fase aguda (semanas), y duran varios meses. Estos síntomas son muy variados: van desde tos o falta de aire a cansancio, dolores musculares, dolor de cabeza, pérdidas de memoria o diarrea. 

Hay que tener en cuenta que estamos ante una enfermedad nueva, por tanto, hay muchos aspectos de la misma, como toda la sintomatología, la duración o evolución, que todavía no están claros. Se estima que podría afectar al 10-30 % de los afectados por covid-19, por tanto, por extrapolación podría haber en nuestro país unas 50.000 personas afectadas. Actualmente, ya hay asociaciones de pacientes en varias provincias.

La covid persistente tiene las siguientes características:

  • Síntomas con meses de evolución. Generalmente, los síntomas van mejorando con el transcurso del tiempo. 
  • Síntomas fluctuantes, con días o momentos del día mejores o peores. 
  • Invalidante para los trabajos habituales (trabajo, estudios, etc.) 

Síntomas más frecuentes:

  • Astenia o cansancio
  • Dolor de cabeza
  • Tos, falta de aire
  • Pérdida de memoria y de concentración
  • Puede dar cualquier síntoma de la covid-19, cuyo virus afecta a todo el organismo.

Secuelas o consecuencias permanentes de la enfermedad o del tratamiento recibido:

  • Más frecuentes en persones que han necesitado ingreso hospitalario  (entre el 5 y el 10 % de los ingresados), sobre todo si han estado en la UCI. Es más habitual en personas mayores o en pacientes con patología previa.

Anosmia: Pérdida del olfato. Muy frecuente, sobre todo, en personas mayores de 50 años. Suele resolverse en algunas semanas o meses. En algunas personas no se recupera. Es un síntoma asociado a otros virus respiratorios como el de la gripe. 

Secuelas de UCI: Sobre todo, psicológicas: depresión, ansiedad, de estrés postraumático. 

Fibrosis pulmonar: Son como cicatrices en los pulmones que se dan, sobre todo, en pacientes que han estado intubados en respiradores.

Secuelas de la trombosis: Se pueden dar en las piernas, los pulmonse, etc., con alteraciones venosas permanentes.

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