La presidenta de la Societat Balear de Medicina Familiar i Comunitària, la Dra. Elena Muñoz, defiende el triaje telefónico como herramienta para filtrar y orientar al paciente en la hora de pedir cita en los centros de Atención Primaria, que ahora se perderá en la vuelta a la presencialidad.
La apertura de las agendas a los pacientes, con la petición de citas sin el cribado telefónico que impuso la pandemia, significa para algunos profesionales un paso atrás en la gestión de las consultas de Atención Primaria, tal y como lo recoge el Diario Menorca en su edición de 12 de mayo, con la opinión de la presidenta de la Societat Balear de Medicina Familiar i Comunitària, Elena Muñoz.
A partir del día 17 los usuarios podrán pedir cita por internet o por teléfono y, en este último caso, se les ofrecerá la posibilidad de resolver su problema con la llamada o si prefieren, se les apuntará para acudir de manera presencial a la consulta. Y la tercera vía será acudir al mostrador de admisión. En resumen, se regresará al sistema de siempre, muy demandado por los ciudadanos pero que en opinión de los médicos consultados por «Es Diari», implica perder la oportunidad de descongestionar, y que no lleguen al facultativo las cosas que, en realidad, no le compete o no puede resolver.
La atención telefónica, opinan, se podría mantener como método para cribar las citas, eso sí, con una estructura mucho más reforzada que la actual. «La consulta telefónica como única herramienta es un mal plan, pero es muy útil para el cribado, que una persona del centro de salud te pueda orientar, gestionar la demanda y ayudar a los pacientes», afirma Elena Muñoz, médico de familia y presidenta de la Societat Balear de Medicina Familiar i Comunitària (Ibamfic), «pero para eso se necesitan más administrativos y más formados, si estamos cribando por teléfono médicos y enfermeros es doble trabajo».
El triaje telefónico, opina, es óptimo para «encauzar el problema» y ya que se había comenzado a potenciar y a experimentarlo debido a la pandemia de covid19, «se podía haber apostado por filtrar y orientar al paciente, pero en lugar de eso se abren las agendas al ciudadano», manifiesta Muñoz, quien añade que «las visitas presenciales ya las tenemos, la diferencia es que a partir del lunes no van a ser filtradas por nadie». El triaje de centro, añade, es «lo que proponen los expertos, no yo» y requiere de recursos como administrativos de la salud «accesibles, que el paciente pueda hablar con él, no estar una semana esperando a que te llamen» y también la cooperación del farmacéutico comunitario. Para Muñoz, los porcentajes anunciados por el IB-Salut, al menos un 60 % de consultas presenciales y un 80 % en las de enfermería con la desescalada en los centros de salud, «me parece algo irrelevante, lo importante es el sistema, cómo se acoge al paciente, cómo se le orienta», recalca.
La idea matriz es la misma que la que se pone de manifiesto en el editorial de la Revista AMF, y del cual destacamos lo siguiente:
Profesionales, administrativos sanitarios (muchos más que los actuales), con formación específica, dotados de suficientes líneas telefónicas, deben ejercer la verdadera puerta de entrada a los centros de salud; deben ser capaces de rsolver consultas por sí mismo y decidir en qué casos, y en qué momento, será necesaria la atención presencial y por parte de qué profesional (enfermera, médica) será más eficiente…