Nota de Prensa Comité Nacional Prevención del tabaquismo/SBMFIC
La Ley 42/2010 que regula el consumo de tabaco tiene como fin proteger la salud en los espacios cerrados frente al humo del tabaco, y está siendo atacada especialmente por sectores minoritarios de la hostelería aduciendo pérdidas económicas y de empleo. Más que en términos económicos es necesario evaluar los resultados en salud de esta norma que ha cambiado favorablemente el comportamientos de millones de personas, sin los problemas que se le auguraban al principio de su implantación.
El principal beneficio para la salud va a ser el resultado obtenido en las encuestas de prevalencia en adultos y en jóvenes, pero para realizar esta evaluación habrá que esperar algunos años.
Sin embargo, desde el mismo 2 de Enero, algunos hosteleros, vienen anunciando pérdidas del 20%, basándose únicamente en encuestas telefónicas pasadas a 1200 establecimientos de toda España, realizadas todas ellas en el corto espacio de tiempo que dista desde la fecha en la que la ley entró en vigor, hasta el día de hoy. Contrariamente, muchas personas afirmamos que la frecuentación en estos establecimientos se mantiene o incluso ha aumentado. La impresión de la población general es que el número de clientes global que frecuenta los establecimientos está aumentado tanto en pueblos como en ciudades por la curiosidad de observar el ambiente en los locales después de la entrada en vigor de la ley. Ahora acuden no fumadores que antes no acudían, y por apoyo a la ley de una gran parte de los fumadores que confiesan que les ayudará a dejarlo o al menos a fumar menos. Esta confrontación de escenarios subjetivos parece mayoritariamente favorable a la idea de que es improbable que haya pérdidas económicas atribuibles a la ley del tabaco.
Tratemos de mirar objetivamente datos estadísticos para evitar la subjetividad. Los primeros datos oficiales proceden de las Estadísticas de Afiliación a al Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, que ya están disponibles y dicen que en Baleares a 31 de Enero de 2011 había en hostelería un total de 10.411 autónomos y 27.435 afiliados del régimen general, lo que supone un total de 37.845 trabajadores en el sector. 2 meses vista después de entrar en vigor la Ley, había 10.497 autónomos y 33.221 del re?gimen general, lo que supone un total de 43.718 trabajadores. Ello significa ascensos del 17,5% del número de afiliados en hostelería al régimen general y del 0,82% en el de autónomos, Por tanto, con los datos objetivos en la manos, lejos de destruir empleo en el COMITÉ NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN DEL TABAQUISMO sector, lo que estamos viendo es que la ley lo que está consiguiendo es que dicho empleo en el momento actual, sea un empleo más saludable.
Pero no tenemos que olvidar que estamos hablando de una industria que solo en España ingresa 2.700 millones de euros al año, y que está acostumbrada a manejar “los hilos”, no mostrando a las empresas, trabajadores y clientes los datos reales obtenidos en el sector, o simplemente extendiendo una “nube de confusión” entre todos. La nube real es la del humo de tabaco que existía en cada local de restauración de nuestras maravillosas islas. El humo del tabaco es un cancerígeno altamente tóxico donde no existe umbral seguro (un solo cigarro puede producir enfermedad), y hoy por hoy ninguno de nosotros aceptaría entrar en cualquier local del sector de la restauración y exponerse a una nube de “un poquito de uranio” o un poquito de plutonio”, pues bien entre todos hemos conseguido proteger la salud pu?blica sin conflictos, y esto no tiene vuelta atrás.
Dra. Lucía Gorreto López (lgorreto@ibsalut.caib.es/www.cnpt.es)
Delegada de les Illes Balears del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo
Coordinadora del Grupo de Abordaje al Tabaquismo (GAT) de la Societat Balear de Metges de Família (SBMFIC)