Este documento ofrece herramientas a los profesionales de Atención Primaria para abordar los retos que supone la emergencia climática en la consulta.
Se estima que cada año mueren en Europa 1,4 millones de personas por causas relacionadas con el medio ambiente, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este sentido, y tal y como alertan los médicos, factores como el calentamiento global, la mala calidad del aire o el aumento de las plagas agravan patologías como las cardiovasculares, las respiratorias o las gastrointestinales.
Con datos como estos sobre la mesa, el Grupo de Salud Planetaria de la semFYC ha lanzado la guía “Qué hacer y no hacer en Salud Planetaria”, que aborda cómo profesionales de Atención Primaria pueden incluir la perspectiva de salud planetaria en el día a día de la consulta, para así realizar prescripciones a sus pacientes que ayuden a preservar el medio ambiente y a combatir la emergencia climática.
Anna Fernández, coordinadora del Grupo de Salud Planetaria de la semFYC, defiende que “pequeños cambios individuales pueden hacer que haya grandes cambios colectivos”. Y añade: “Los médicos de Atención Primaria a menudo somos un ejemplo para los pacientes y, al ser próximos y de confianza, podemos inducir cambios en ellos”.
La salud planetaria, nuevo desafío en los centros de salud
“Es importante que hagamos recomendaciones teniendo en cuenta la salud planetaria, ya que los efectos nocivos de factores como la mala calidad del aire o el aumento de las plagas ya se reflejan en el día a día de la consulta y suponen muchos problemas de salud”, señala Anna Fernández.
Entre las recomendaciones que incluye la guía se encuentran aspectos como aconsejar una dieta de proximidad que evite los envasados con plástico y ultraprocesados; la práctica actividad física en la naturaleza; o los desplazamientos a pie o en bicicleta.
Por otro lado, esta publicación incide en el hecho de que todos los fármacos tienen un impacto en el medio ambiente por la huella de carbono de su producción, almacenaje, empaquetado, transporte y gestión de residuos. En esta línea, “aparte de los anestésicos inhalados, los inhaladores presurizados pMDI también tienen bastante impacto por el propelente que contienen”, explica Fernández, quien añade que “la idea no es eliminar este medicamento, sino decidir contando con el paciente la opción de cambiarlo por otro que preserve más el medio ambiente”.