XVIII Semana Sin Humo: “Menos cajetilla y más zapatilla”

Comienza la XVIII Semana Sin Humo, en la que la SemFYC defiende distintas estrategias para “abordar el problema social y sanitario que representa el tabaquismo desde la medicina de familia y los centros de Atención Primaria”.

Según señala el presidente de la semFYC, Salvador Tranche, desde la SemFYC se apuesta por “un abordaje en continuidad y longitudinalidad para hacer frente a la realidad de un problema complejo”.

En España, el consumo del tabaco causó hasta 52.000 muertes anuales en España, entre 2010 y 2014. Con estos datos “científicamente abrumadores” sobre la mesa se inicia a partir de mañana la Semana Sin Humo, siete días en los cuales los médicos de familia realizarán actividades de concienciación contra el tabaquismo.

Imagen visual de la XVIII Semana Sin Humo, con el lema de la campaña: “Menos cajetilla y más zapatilla”.

La visión de complejidad es compartida por los participantes en la Encuesta de la Semana Sin Humo que anualmente realiza la semFYC. En esta ocasión han participado en ella 9.045 personas de toda España, las cuales abogan por una respuesta en varias líneas para atajar el consumo de tabaco. Cuando se les ha preguntado sobre la medida más efectiva para reducir el consumo de tabaco, un 38% han apostado por avanzar en la prohibición de fumar; un 33% defendían aumentar el precio del tabaco, y un 20% por financiar los tratamientos farmacológicos.

Precisamente, en lo que se refiere a las medidas para limitar los márgenes de legalidad del consumo de tabaco, el 51,6% considera que debería estar prohibido fumar en vehículos privados (al menos cuando hay niños) y el 65,9% de los encuestados estarían de acuerdo en aumentar el precio y los impuestos al tabaco. En relación a la prohibición de fumar en vehículos privados, esta medida no es una novedad en el mundo y en Inglaterra y Gales, Francia, Australia, Sudáfrica y en algunos estados de EEUU, ya está prohibido el consumo de tabaco en vehículos privados en presencia de menores y está penado con multas.

Aumento del precio del tabaco
“Los datos revelan que hay una amplia mayoría de ciudadanos, incluso entre los fumadores, que estarían a favor de avanzar en la limitación de fumar”, señala César Minué, coordinador de la Semana Sin Humo. Minué expone los datos que justificarían nuevos aumentos del precio del tabaco en aras de reducir el tabaquismo: “un incremento del 10% del precio se relaciona con una disminución del consumo de entre un 4% (países de ingresos altos) y un 8% (ingresos medios y bajos). En adolescentes puede ser de alrededor de un 7%”, señala el coordinador de la Semana Sin Humo.

Percepción del incumplimiento de la Ley Antitabaco y exposición al humo ambiental
En relación a las limitaciones legales marcadas por el ordenamiento español —la última modificación significativa se realizó con la llamada Ley Antitabaco (Ley 42/2010, de 30 de diciembre de 2010, por la que se modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco)— las personas encuestadas por la semFYC perciben un significativo grado de incumplimiento hasta el punto que el 36,6% piensa que no se respeta la normativa que prohíbe fumar en las terrazas totalmente cerradas de bares y restaurantes, que fue uno de los aspectos más novedosos que introdujo esta reforma legal.

Aunque la percepción de incumplimiento es más frecuente entre no fumadores (42,6%) que entre fumadores (23,9%). Esta normativa perseguía reducir el consumo y también la protección de los fumadores pasivos, sin embargo, la encuesta realizada por la semFYC revela que la población sigue considerándose expuesta al humo ambiental de tabaco sea en casa (13,4%), en el trabajo —aunque cabe recordar que existe la prohibición expresa de fumar en los lugares de trabajo— (5,2%), en el coche (3,8%), en bares y restaurantes (11,2%) y en terrazas (45,8%).

Los datos de las consecuencias del tabaquismo
Hoy en día, fumar sigue siendo la principal causa aislada de morbilidad y de mortalidad prematura evitable en España y en todo el mundo. Expresado en cifras, y según recientes datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el consumo del tabaco causó hasta 52.000 muertes anuales en España, entre 2010 y 2014. La inmensa mayoría de esas muertes ocurrieron en hombres y la mitad fueron muertes por cáncer, sin embargo desde el año 2000, el número de muertes atribuibles al tabaco ha venido descendiendo en hombres y aumentando las mujeres. En relación a las muertes por cáncer de pulmón, 4 de cada 5 son atribuibles al tabaco.

A nivel global se calcula que el tabaco matará hasta a la mitad de sus consumidores: una de cada dos personas fumadoras morirán por una enfermedad relacionada con el consumo de tabaco. Según datos recientes publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 7 millones de personas consumidoras de tabaco mueren anualmente por el tabaco. De hecho, el tabaco no sólo afecta a quien enciende el cigarrillo, entre 1.500-3.000 fallecimientos al año son fruto de la exposición al humo del tabaco en los fumadores pasivos, en España y los estudios de la Organización Mundial de la Salud apuntan que, de las 7 millones de muertes, alrededor de 890.000 son no fumadores, expuestos al humo ambiental de tabaco.

De seguir así la tendencia actual de prevalencia de tabaquismo, para el año 2030 se prevé que la mortalidad atribuible al tabaquismo a nivel mundial podría superar los 8 millones de personas al año si no se intensifican medidas de control para contrarrestarlo.

Hoy en día sabemos que el tabaco está relacionado con múltiples enfermedades: “numerosos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares (infartos, aneurismas, ictus) o disfunción eréctil, defectos en la función reproductora y anomalías congénitas relacionadas con el tabaquismo materno entre otros. Pero no sólo esto, la evidencia medica cada vez vincula el consumo de tabaco con un mayor número de enfermedades que antes no se creían relacionadas con este.

Ahora sabemos que hay enfermedades como la diabetes, la artritis reumatoide o enfermedades de la vista, por ejemplo, que son más frecuentes en fumadores que en no fumadores”, enumera César Minué. El tabaquismo desde la Medicina de Familia Datos como el hecho que el 70,1% de los fumadores declare que ha intentado dejar de fumar al menos en una ocasión y que un 17% lo ha intentado 4 o más veces, ponen de manifiesto que “se trata de un problema que hay que abordar desde la visión que puede aportar un médico de familia, que es especialista en complejidad, continuidad y longitudinalidad.

El correcto abordaje del tabaquismo encaja con esta visión que es propia de la Medicina de Familia”, señala Salvador Tranche. De hecho,”hay estudios que apuntan a que los fumadores cogen más bajas laborales hasta el punto que los fumadores tenían una media del 80% más de bajas que los que habían dejado el tabaco”, apunta Minué.

Tratamientos farmacológicos de deshabituación
Una de las vías que, desde la Medicina de Familia se apuntan para abordar el problema del tabaquismo es la introducción de tratamientos farmacológicos. Aunque un 72% de los exfumadores lograron dejarlo sin ayuda ni farmacológica ni psicológica, también existe un volumen significativo de fumadores (17%) que ha intentado dejar de fumar en cuatro o más ocasiones. Los datos de la encuesta de la Semana Sin Humo de la semFYC apuntan a que un 67,5% de la población estima que si los tratamientos para dejar de fumar estuvieran financiados dejarían de fumar más fumadores y, entre los fumadores un 61,6% haría un intento para dejar de fumar si los tratamientos farmacológicos del tabaquismo se financiaran por el Servicio Nacional de Salud. “Sabemos que la financiación aumenta las tasas de abstinencia entre fumadores y, además, al contrario de otros fármacos, con eficacia menos demostrada, no están financiados”.

Enlace a la Encuesta tabaco en PDF

 

Reproducción de la receta “Tu médico de familia te prescribe dejar
de fumar”, uno de los materiales de la Semana Sin humo.

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