Entrevista a José Antoni Prados, presidente del comité organizador del XXVII Congreso Comunicación y Salud, que se celebrará del 11 al 14 de octubre en Córdoba, y que llega a su edición más multidisciplinar, más creativa, más solidaria, más joven, más ecológica y también con más actividades abiertas a pacientes.
Por Sonia Marquès Camps
112 ponentes de prestigio, 56 talleres innovadores y 12 mesas redondas con distintos actores, con todas las voces… Más comunicación, que promueve el intercambio de puntos de vista sobre diferentes ámbitos relacionados con la salud. El congreso es un verdadero puente entre médico-paciente y entre profesionales de diferentes disciplinas, a partir de su eje principal y su razón de ser: la medicina de familia.
Hablamos con José Antonio Prados, presidente de su comité organizador, en esta cuenta atrás (dice “que ya da un poco de vértigo”) para este certamen tan esperado y que tantas emociones despierta entre los asiduos. Porque en cada edición se comparte mucho más que clínica y formas de ver la salud. El éxito también está en las relaciones humanas, en la calidez.
Su carácter pluridisciplinar es uno de sus sellos.
Al comienzo (la primera edición fue en el año 87), el congreso estaba dirigido solo a médicos de familia, al que se unía algún enfermero. Con el paso de los años, la experiencia nos ha demostrado que la comunicación tiene tantas facetas y tanta utilidad para todas las profesiones, que hemos querido incorporar cada vez más nuevas perspectivas de otras profesiones, porque nos enriquecen. Nos hemos vuelto cada vez más multidisciplinares, y esto es, sí, un sello distintivo de este encuentro.
La apertura del congreso a pacientes en mesas y talleres también es más relevante en esta edición.
Ya se venía haciendo así, pero es verdad que este año ha sido el culmen, constituyéndose en un objetivo claro y concreto del congreso. Hemos organizado actividades dirigidas a pacientes y actividades compartidas con profesionales en los que también están integrados. Hay nueve talleres de los más de 50 del programa donde pueden estar los pacientes y cinco mesas en las que pueden entrar también, con temas muy variados; acceso a la información, actividad física y salud, espiritualidad, empoderamiento… Una de las mesas está dirigida en exclusiva a ellos, a los ciudadanos. Es una charla destacada de Ronald Epstein: “Comunicar con pacientes con las enfermedades terminales: nuevas perspectivas sobre la comunicación sobre los pronósticos y las decisiones compartidas”. El programa acabará con una marcha solidaria por la comunicación. Servirá para visualizar el congreso en la ciudad y delante de los medios, con la lectura en voz alta de las conclusiones.
El lema del congreso es muy bonito: Comunicando compasión; atendiendo con pasión. ¿Es un paso más de la empatía, aliviar sufrimiento, no solo entender el sufrimiento?
Creo que Los profesionales capaces de valorar la importancia de la comunicación parten de una premisa única: el interés por el paciente. Son personas que se comunican bien y tienen mucho interés en ello. Este interés se demuestra con pasión y con un deseo importante de humanizar el trabajo que hacemos. Y esta humanización siempre va dirigida a una persona, el propio paciente, a su familia y a su entorno. La compasión y la pasión tienen que estar unidas para una comunicación eficaz entre médico y paciente.
¿Y más en la medicina de familia, verdad, donde se establece este vínculo tan fuerte médico-paciente?
La medicina de familia creo que es la medicina por excelencia… Que voy a decir yo si soy médico de familia y adoro esta especialidad.
Los lazos de unión y de complicidad que crea este congreso entre profesionales de nuestra especialidad y de otras disciplinas son increíbles. La gente suele quedar impresionada, porque son congresos diferentes, donde las relaciones son diferentes, a otro nivel, emocional, con más calidez.
La palabra emoción es muy destacada.
Encuentros como estos generan dependencia emocional, porque la gente que viene es maravillosa. Los congresos en general tienden a ser muy multitudinarios y más centrados en lo clínicos. Aunque cabe decir que la comunicación también es clínica; hay evidencia científica que demuestra la importancia de la comunicación.
¿Podemos decir que son congresos que curan?
Literalmente. Simplemente mejorando la comunicación mejoramos la tensión arterial, el dolor de cabeza… No solo es una herramienta que aumenta la satisfacción de los pacientes o mejora la relación, sino que contribuye a curar. Y una buena comunicación también contribuye a la satisfacción de los profesionales y disminuye el burnout.
Este es un congreso muy antiburnout…
Sí, muchas actividades son claramente para el autocuidado; con el recurso del humor, la danza, la actividad física, el mindfulness… Es un programa que abarca cada vez más y que además es más asequible, con el esfuerzo que esto ha significado, para abrirlo a más gente, como estudiantes de cualquier profesión relacionada con la salud.
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Todas las actividades del programa, en congreso.comunicacionysalud.es/